La nueva bobina de alta ya instalada en el motor junto con la junta de goma que protege la salida de cables de la misma.
Ya comprobé que la chispa es potente y regular, por lo que a este motor ya no le queda más que instalarlo en la Vespa, rodarlo unos depósitos hasta que todo ajuste y a disfrutar.
El tambor delantero una vez pasado por las manos del tornero.
Para no debilitar en exceso el tambor le comenté que únicamente tocara la zona de la banda de frenado y lo mínimo posible para limpiar el óxido y dejar dicha superficie perfectamente alineada con el eje de la rueda.
Vista general del tambor por su parte interior.
Detalle del trabajo efectuado en la zona de fricción de la zapata.
Idem por el otro lado.
Vista del interior del tambor, todavía cubierto por el óxido que habrá que limpiar a fondo.
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El motor ya montado completo a falta de sustituir la bobina de alta, alguna goma para proteger los terminales de los cables eléctricos a la salida de la misma, el escape, el fuelle de la admisión de aire del carburador (todos estos componentes están ya en el taller) y poco más.
Vista general por el lado del volante magnético.
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El carburador visto por su base.
La primera junta de papel ya colocada, entre carter y caja del carburador.
La caja ya colocada.
Detalle del tornillo avellanado que fija la posición de la caja. Una vez colocado el carburador en su sitio, todo el conjunto queda fijado y asegurado a los pernos pavonados que se ven en la imagen.
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Sin la tapa de la caja, apreciándose el filtro de aire.
La caja sin el carburador con todas sus gomas en perfecto estado.
Primer plano del filtro de aire y de la cuba.
Idem del cuerpo del mismo.
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