El motor listo para recibir el escape. Como se observa lo limpié a fondo por dentro para optimizar algo el rendimiento; no me ocupé de él por fuera porque no merece la pena, está plagado de poros y, además, va a ser cambiado en breve, aguantará hasta la próxima visita al taller.
Aquí ya montado en el motor.
Detalle del respiradero del carter y, a su vez, orificio de llenado de aceite.
Visor de nivel de aceite del carter, recién sustituido.
Esto suele suceder, desgraciadamente, muy a menudo, un tapón de vaciado de aceite roto por la valona, justo donde menos material tiene y donde más necesario es. Ya está sustituido.
Continúa...
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